lunes, 4 de febrero de 2008

"Segundo Lugar"


Se trata de rescatar como experiencia del arte y la vida, la imagen del perdedor, pero con cualidades y características, que lo transforman en un personaje potencialmente superior al resto; del mundo que no comprende de estas cosas. Este es el capítulo donde deberían justificarse las caídas y mitificarse las derrotas; aquellas excusas para ponerse la capa o antifaz del villano y así cumplir un papel en esta historia. El perdedor podría haber pensado primero, pero siempre actuará segundo, quedará atrás; porque el ganador es quien se llevará los atributos absolutos de las escenas y las batallas. El ganador y el perdedor se disputan un lugar en este texto; tan sólo hay preferencia por el segundo, para explicar los orígenes del comportamiento humano y su competitividad eterna.

La imagen del perdedor no es un pretexto para separar al mundo bajo un péndulo de victorias y derrotas; más bien es un recurso para entender el lugar de donde provienen estas ideas. No se puede ganar todo el tiempo, ni perder toda la vida. Pero hay actitudes o situaciones que han separado a los hombres como ganadores y perdedores. El perdedor ha poseído siempre un segundo lugar en los anales de la historia que hablan de hazañas de grandes héroes, grandes ganadores. El perdedor no es el último de cien hombres, es el último de sólo dos seres distintos, porque su papel se construye en oposición al ganador.

Creer en el segundo lugar, es cumplir con el rol que se nos ha entregado. El villano ha creído en su papel, porque ha confirmado su existencia como el perdedor de esta historia. No puede tener lo que el héroe posee bajo la imagen del ganador. Sobre la sombra del villano están nuestros ideales cubiertos de pesimismo, porque no somos modelo de nada, simplemente somos segundones y hemos jurado vengarnos de todos ellos que no han creído en nuestras palabras. La sociedad ha creado a los perdedores como contraposición a sus grandes héroes, para así reflejarse en esas hazañas y vivir victoriosos por siempre.

Segundo lugar es Satán por Dios, es Caín por Abel; los despreciados, los apartados de las ideas centrales y absolutas. El villano ha preparado su plan para la venganza, porque su expresión se desborda en el desequilibrio emocional que implica el segundo puesto; ha entendido todo con una máxima exageración de la corporalidad y la inteligencia. El perdedor desde niño ha crecido ante el desafío del ganador que abarca todas las excelencias de la victoria; es la imagen perfecta que la masa adora y venera; posee habilidades que el perdedor desconoce o ansía tener.

Ese segundo lugar es un espacio que pocos comprenden como un rol en la historia; la posibilidad de entenderlo permite el desarrollo de habilidades que el ganador desconoce. El villano ha aprendido de teorías ocultas y conocimientos que superan el miedo al enfrentamiento final. El perdedor desaparece como situación y sólo aparece como antecedente nuestro; fuimos grandes perdedores en nuestra niñez y adolescencia, pero poseemos una nueva oportunidad para destruir esos preceptos absolutos. Hemos aprendido del arte sobre villanos y héroes; sobre conocimientos que nos permitirán elaborar nuestra pronta venganza. El segundo lugar es una circunstancia en el transcurso de los tiempos. La imagen del perdedor es un antecedente de nuestros orígenes. El villano es una exageración de esas ideas. El arte es nuestra arma más sofisticada contra los modelos heroicos de estas generaciones. En este capítulo la batalla llegaría a su final.

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